Como todos creemos, hay siempre una estrella que nos guia desde el cielo, esa luz magnánima y limpia que siempre recurrimos cuando estamos solos, tristes o enfermos de amor, o de odio, esa mágica serenidad que ilumina el infierno de nuestra almas, cuando nos encontramos en un estado de perdición casi indescriptible, pues alli es dónde se ahogan los versos y nace la melancolía, de las cenizas de la desesperación.
Puedo decir, y no me equivoco al confesarlo, que esa estrella esta en el interior de cada bella persona que conozco, y me demuestran que mis ideas no son fantasías vanas, de un trobador enloquecido por un ideal, algunas veces algo utópico para este tiempo.
Solo la conozco de hablar mediante algo tan frio, como una pantalla y unas teclas que no significan nada, pero picadas con la fuerza justa y combinandolas con los sentimientos apropiados, crean diosas en un universo perdido en la estulticia, y sumergido en pensamientos superfluos. No se como, pero siempre está sonriendo, y con su mirada azul, hipnotiza al receptor de sus palabras,oh! bendita ignorancia, al saber que caigo en tu hechizo, mas en uno de ellos, quiero morir.
No me gusta verte triste, ni quiero que lo estés, aunque sé que Dios no me dotó de poderes para evitarlos, mas solo quiero decirte, que mientras tenga aire mis pulmones, y mientras corra sangre por mis venas, jamás tendrás motivos para sentirte sola o triste, porque en esas lágrimas o en esa soledad más infinita, caminando y gritando tu nombre, siempre estaré........
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