Llevo pensando durante dias, donde estarás y que harás, como te habrá marcado la vida, desde el día de tu huida, hacia donde habrán ido tus pasos, aquellos que antes caminaban junto a los mios, y se divertian conversando sobre lo efímero que es el consuelo, lo fácil que es el amor, cuando uno es correspondido.
Hace más de un año que no nos vemos, y la verdad, no sé porque razón, solo sé que acabó el amor, aquel día que siempre recordaré, un 4 de septiembre, en el cual me dijiste adios. Me hablaste de la libertad, y de que querías volar, y conocer mundo, que querías satisfacer tsu sueños, que la soledad, era un amante que te llamaba con voz lujuriosa, para poder gozar de tu desnudez, por la noche............mentias.
Me diste el último gran beso, y te alejaste con tus zapatillas de deporte, tu pantalon rosa marcando tus curvas, y tu blusa blanca, en la cual, había navegado en numerosas noches de pasión, ahogandome en el perfume de tu cuello, y la textura de tus senos, saciando el hambre de amor, que había sufrido durante años, por tener como amante, la que ahora sería la tuya............la soledad.
Llevo unos días recordando, y hoy mismo te vi por la calle, estabas alegre y feliz, con una niña en los brazos, y un hombre a tu lado, ese debía ser yo. La soledad, a veces, toma forma de hombre musculoso y lleno de arrogancía, pero severo y audaz en el lecho de lujuria, se nota por la sonrisa lasciva, que esbozaban tus labios, me mentiste. Me engañaste, amor, y me siento dolido y solitario, oh! musa del desamor, apoderate de mi odio, pues el engaño, en el amor, es el peor de los pecados.........que la suerte te acompañe, al lado del diablo........pues un morado en tu brazo, y las palabras de tu madre, delatan...........que él, en más de una ocasión, te ha pegado............


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