De una manera o de otra, el hombre necesita expresarse, compilar una serie de hechos, y de manera agradable, inculcar su historia en la vida ajena, para cumplir con su cometido, dar un enseñanza al mundo, dar una caricia al desamparado.
Las palabras pueden presentar millones de figuras, representar a un gato, la vida, o el infierno, darnos el poder o quitarnoslo de golpe, como rey despiadado, que no tiene clemencia con el esclavo. Somos eso, esclavos de nuestras palabras y nuestros hechos, aunque también somos esclavos de una inmensidad de dilemas que se nos presentan, a veces, en forma de besos, o otras, en forma de versos. Las palabras pueden dibujar el vestido más hermoso del mundo, y el escritor, puede llegar a ser el diseñador más preciado, por su forma de sentir, por sus ansias de vivir, pero siempre será esclavo de sus pensamientos, y sus palabras.
Mis palabras siempre adoptan forma de mujer.¿ Por qué? Porque considero que el más bello de los poemas escritos, debe de tener rostro de mujer, mirada de mujer, cuerpo de mujer, y caracter de mujer. Es una bailaora de flamenco, que taconea con arte, y me marca unos tangos, bajo la luz de la luna llena. El poema más sincero, es la sonrisa de un niño, el gesto de una caricia, los labios al dar un beso de amor.........
Todo en este mundo es poesia, y la poesia no siempre está acompañada de palabras, pues el silencio más ensordecedor, puede ser un poema que signifique mucho, aunque carezca de palabras.
Las palabras se las lleva el viento, es una generalización errónea, pues las palabras que se lleva el viento, son las que no importan o son efímeras para nosotros, pues nosotros escogemos las palabras que queremos conservar, y yo quiero conservar éstas, las palabras que compongo la sonrisa de un estrella.


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