viernes, 27 de junio de 2008

Tinieblas

Una nebulosa que no alcanzo a distinguir, llena mi vida de falsas esperanzas, atrás quedó el mundo infantil, atrás quedaron las caricias llenas de nada.
Ando sin saber hacia adonde voy, huyo del silencio, sin parar a pensar que estaré haciendo, lamento el día en el que morí, pero aún seguía vivo, lamento la noche en la que ahogué, el amor eterno.
Las tinieblas me arrastran a su deseo, no quiero irme, pero marcho contento, la felicidad más endiablada me posee el alma, un vagabundo, mendigando besos.
¿Qué razón de ser puede detenerme? Siempre me formulo la misma pregunta, mientras se abren las tinieblas, y se escapan las diablesas, sus infiernos más ardientes, poblados del frío más absoluto.
Veo una luz, y a lo lejos, distingo una hermosa mujer, envuelta con un manto transparente, que dibuja su sinuoso cuerpo, me pierdo en su mirada, y dejo de respirar, en ese momento.
Prefiero no respirar y sentirme vivo en tu mundo, que morir y vagando por el universo oscuro de tu adiós, rodeado de tinieblas, que siempre, me torturan, recordandome tu amor.

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