Te levantas como cada mañana al sonar tu despertador, son las siete y cuarto, y en la radio sigue hablando el mismo locutor de hace veinte años. Te miras en el espejo casi opaco, muerto de frío por la falta de calor en tu lecho y enmudecido, por la ausencia de pasión en tu corazón. Sigues vistiendo el camisón que te regaló tu madre, haciendote el ajuar para cuando te casaras, sin saber, la muy ingenua, lo que depararía el futuro.
Esta es tu imagen ahora, una solitaría mujer, que se ha envejecido en pocos años, tus cabellos rubios, coloreados con el lienzo de la perfección, robado su color a los rayos del Sol, se han pintado de gris, como tu corazón, tus pupilas caidas mirando a ninguna parte, las arrugas en tus párpados confiesa lo que ya supones, hoy en sueños has vuelto a llorar. Se ha arrugado tu figura, te desnudas y ves a una anciana de solo cuarenta años, tu cuerpo, que fue deseo de muchos y que le diste a pocos la oportunidad de saciar su sed de sexo, esta flaccido, como si hubiera muerto, hace años. Te lamentas ahora de esta situación, sé que hace unos días, te intentaste quitar la vida, pero no te lamentes ahora, ya no vale la pena, pues tenias que haber escogido el camino correcto y no engañar, al que, antaño, amabas.
Te pones la falda negra de cada miercoles, con una blusa que de tantos años, se ha quedado amarilla, tus zapatos planos, y tu chaquetilla de punto blanca, para ir a trabajar, como cada día, como cada año, como siempre...........sola y perdida.
Recuerdas aquel tiempo, en el que hasta tu superior te cortejaba y te decía lo hermosa que eras, ahora solo eres un resto de la ninfa, con el alma en pena, llorando por dentro, y destrozada por fuera.
Lamenta aquella noche, en la cual engañaste a tu amado, y te dejaste poseer por un extraño, le diste tu abrazo más intimo a quien no lo merecía, y te creías, como siempre, la única diva que vivía en el mundo de ese poeta enamorado. Mira como el tiempo, le da a quien se merece, lo suyo. Estás vieja, triste y sola............hasta que la muerte te venga a buscar, y te dé el beso que, tu alma, calmará, para siempre
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