martes, 24 de junio de 2008

Magica

Ya no recuerdo que dia te conocí, ni en que circumstancias ni que tiempo hacía cuando empezamos a hablar, solo recuerde que con solo una mirada, me enamoraste. Dicen los ancianos del lugar, que residia en aquella casa alejada del pueblo, una niña que tenia en el rostro la bendición de Dios, una dulce lozana de 20 años, con unos ojos mágicos, pues enamoraban a todos los jovenes de alli, e hipnotizaba a las bestias, que por la noche, atemorizaban el rebaño de su jardin, lleno de frutos silvestres y rosas blancas. Sus cabellos, cascadas sinuosas, que recordaban a los tirabuzones que marcan las combas de las chiquillas al saltar, y su melena, un color entre rubio y moreno, mestiza de piel, pero pura de corazón. Jugaba con los niños en el parque, y les contaba mil cuentos para dormir, los adoraba con lo cura, y comentaban, que si Dios la dotara con la gracia de convecir, seguro que sería la madre más maravillosa del mundo. Por las noches, imagino, que su desnudez enmudecia a la propia Luna, que en un rincón de su habitación habitaba la ilusión, de compartir lecho con un hombre de bien, puro como ella, de corazón. Resulta extraño pensar, en alguna mujer tan perfecta como la que describian los ancianos, mas yo la conozco, y Dios sabe, que me muero por un besos de sus labios. Está historía, seguramente, la explicaban al conocerte, pues no hay mujer tan hermosa, ni tan dulce, ni tan maravillosa como lo eres tú.

Quizá este ciego de amor, pero bendita ceguera la mía, si pierdo mi visión, pero tengo tus caricias, y por las noches, como cuenta la leyenda, ser tu hombre de bien, que, aunque no posea un corazón tan puro como el tuyo, me esfuerzo cada día, en merecerte.

Te espero cada madrugada,cada día, cada atardecer, en mi cala, y espero con ansía el día, en el que me acompañes y en nuestra humilde playa, poder hacer el amor contigo, hasta que nuestros cuerpos se arruguen, y cuando nos enfriemos y muramos, poder seguir con nuestro amor, al otro lado.

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